martes, 22 de septiembre de 2009

Corp. Ltd.

Propicios días, señor Anderson. Bienvenido a nuestra corporación. Ahora forma usted parte de un todo. Recuerde que es usted tan importante para nosotros como lo es cualquier mosca como nosotros lo somos para usted. Recuerde que nosotros somos tan importantes para usted como lo es el alimento de sus hijos. No nos falle y no le despediremos fallaremos.

Recuerde que tiene usted libertad de horario. Recuerde también no llegar nunca más tarde de las 9 y que no debe salir nunca antes de las 17:15. Recuerde que por su comodidad para aparcar en mitad de cualquier descampado a más de 1000 metros de la empresa, es oblitagorio preferimos que llegue a las 7:30. Recuerde que si llega más tarde de esa hora deberá recuperar el tiempo hasta completar 8 horas 30 minutos de trabajo diario aunque tampoco nos preocupa porque se hartará de hacer horas extra sin cobrar.

Para cohibir su libertad su comodidad disponemos de una aplicación de registro de horas que le ayudará a controlar su hora de entrada y de salida. Así mismo recuerde usar la aplicación al comienzo y al termino de sus pausas para desayunar y almorzar. Así podrá usted garantizar que no se distrae ni descansa lo estipulado por ley su horario se ajusta a la normativa corporativa: 15 minutos para el desayuno y 60 para el almuerzo.

Así mismo le recordamos que deberá completar diariamente su hoja de actividad con una granularidad de 15 minutos. Sabemos que ésto puede parecerle engorroso, pero le recordamos que es una tarea necesaria para incrementar nuestro control sobre usted y medir su ineptitud su rendimiento, de forma que podamos cobrar precios abusivos a los clientes recompensar su esfuerzo. Así mismo, para reforzar nuestras medidas de control métricas de rendimiento y que podamos aumentar su amargura su satisfacción con su tarea de esclavitudpropio trabajo, deberá rellenar antes del 30 de cada mes el resumen de actividad mensual.

Nuestra corporación le ofrece todas las comodidades para que disfrute de un completo desayuno o almuerzo sin necesidad de ver el mundo exterior abandonar nuestras instalaciones. Con nuestras neveras corporativas y nuestros microondas corporativos, todos ubicados en el comedor corporativo, podrá usted enfriar y recalentar disfrutar toda la comida que traiga desde casa dado que no le daremos nunca tickets de comida, ni su sueldo le permite comer fuera. Además, si es usted un desastre en la cocina, podrá usar nuestras máquinas expendedoras corporativas donde por un módico precio podrá obtener ricos montones de mierda sandwiches y otros alimentos nutricionalmente equilibrados para mejorar su rendimiento.

Recuerde. No tiene posibilidad de escape busque más. Ha encontrado el final trabajo de su vida. Ahora trabaja con nosotros. Su alma ahora nos pertenece. Nosotros cobraremos trabajamos por usted.

Bienvenido.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Reflejos

Hay mañanas que es una putada mirarse al espejo.

También habrá quien diga que es más putada para el espejo el tener que verme a mi el careto recién levantado, y tampoco les falta razón, pero no van por ahí los tiros de mi pensamiento.

Hay mañanas en las que te miras a tus propios ojos y no te reconoces. Y, como decía, es una putada. Miras al fondo de tus propias pupilas y en vez de ver a ese tío de puta madre que una vez fuiste, y del que te sentías orgulloso, te das cuenta que solo queda un pardillo, que se parece mucho a ti. Que aquel chaval que se comía el mundo con patatas, y helado de postre, se ha perdido bajo una montaña de complejos alimentada por todas esas mentiras que se han dedicado a contarte unos y otros durante tanto tiempo.

"No puedes volver a ser como eras, porque todo lo que nos ocurre nos cambia", "A ver donde encuentras a alguien que te aguante lo que yo te aguanto, con el mal genio que tienes", "Si estás bien como estás, ¿para que vas a cambiar?". Y demás mierdas. Patraña tras patraña. Te miras al espejo y te las ves tatuadas en la cara, debajo de la barba de cuatro días. Y de hecho abres la boca para ver las tragaderas que has conseguido a base de engullirlas una tras otra, día tras día y noche tras noche. Unas tragaderas que ni Linda Lovelace. Con mandíbula desencajable, como una pitón. Así tiene tu jefe la sonrisa que tiene, el muy cabrón.

Pues no. Al carajo. Ya no más. No me da la gana. Ya lo dije hace un mes y medio. Dimito. Y punto. Y esta vez sí que me lo creo.

¿Que lo que ocurre nos cambia? Pues sí. Muy bien. D.P.M. ¿Por eso tengo que renunciar a sentirme bien conmigo mismo? Me niego a que hacerme más viejo o tener malas experiencias me sirva como excusa para convertirme en un amargado.

¿Que no encuentro a nadie que me aguante? Joder, pues es que yo no quiero que nadie me aguante. Yo quiero que la gente disfrute estando conmigo, no que tenga el concepto de "lo que tengo que aguantar". Y el que no aguante, que se vaya. Y a ser posible que antes de irse pague la cuenta, o al menos sus propias cervezas, que estamos en crisis.

¿Y por estar bien no puedo estar mejor aún? No cuela. No me lo creo. Nein. Niet. No.

Así que se acabó ese mirarme y ver una montaña de complejos en vez de ver lo que realmente soy. Como decían Los Piratas, seré como el tipo que algún día fui.

Que digo. Como no se puede volver atrás, y toda la mierda nos cambia, voy a ser mejor aún. A fin de cuentas, "el tipo que algún día fui" se dejó morir aplastado por esa montaña de complejos y mentiras. Merecido se lo tiene por meterse en berenjenales. Ahora voy a ser mejor aún. Se va a cagar la perra.

Y el miserable ese que me lleva mirando tanto tiempo desde el fondo del espejo, más vale que se vaya buscando algo nuevo en lo que ocuparse, y que a mi me deje en paz. Que no se preocupe, que si le falta trabajo ZP le paga 420€.


P.D: Lo que más lamento es haberle dado la brasa tanto a ciertas personas antes de darme cuenta de esto. Desde aquí os pido disculpas.